Facilitar el acceso a Internet y capacitar para su uso óptimo es una tarea que cualquier
Estado debe realizar para poner al alcance de su población el uso de herramientas necesarias para el desarrollo de los individuos en educación, salud, participación en la economía digital, gobierno digital, entre otros. Un aspecto que es cada vez más necesario para lograr la igualdad de oportunidades y el avance del país, por ser un motor de crecimiento y desarrollo económico como lo señalan los Objetivos para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
Aunque la pandemia de Covid 19 trajo consigo la migración de diversos sectores a plataformas en línea para continuar con sus operaciones, también dejó ver el rezago en el que se encuentran diversas zonas geográficas o sectores poblacionales en nuestro país. Sin embargo, tener claridad en los retos que enfrentamos para reducir la brecha digital nos permite ver las oportunidades que se presentan para crear programas innovadores que propicien el desarrollo tanto de las empresas como de la población en general.
Si bien, el porcentaje de usuarios de Internet cada vez crece más: 72% de la población mexicana, en las zonas rurales el porcentaje de la población que tiene acceso apenas sobrepasa la mitad (50.4%), de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de las Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
¿Cómo avanzamos en México hacia el objetivo de la inclusión digital? El Programa de Conectividad en Sitios Públicos 2020-2021 (PCSP 2020-2021) forma parte de la Política de Inclusión Digital Universal (PIDU) encabezada por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), para avanzar en la Transformación e Inclusión Digital del país.
El acuerdo publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) en abril de 2021, señala que la SCT es la encargada de elaborar un programa de cobertura para la conectividad de 19 mil 41 sitios, ubicados en 7 mil 433 localidades catalogadas como de Atención Prioritaria de Cobertura Social, en las que habitan 4.8 millones de mexicanos a quienes se buscará conectar a internet mediante infraestructura de banda ancha.
En tanto, en 2019 se dio a conocer la creación de la empresa productiva subsidiaria de la Comisión Federal de Electricidad: CFE Telecomunicaciones e Internet para ser la encargada de la instalación y crecimiento de la red de telecomunicaciones, junto con Altán Redes, empresa mexicana responsable de diseñar, desplegar, operar y comercializar la Red compartida, proyecto que, mediante un esquema público privado, pretende ampliar la cobertura para ofrecer servicios de conectividad en zonas que no la tienen actualmente.
Dado lo anterior, a nivel infraestructura, de acuerdo con el programa del gobierno federal, Internet para Todos, seconsideran tres sectores de cobertura de internet dentro del que se encuentra un 70% que ya cuenta con servicio por parte de diversos proveedores; un 92.2% de la población que será cubierta por la Red Compartida para ofrecer conectividad de calidad y a bajo costo. Finalmente, un 7.8% de población que será atendida mediante receptores satelitales, trenes de microondas o a través del despliegue de fibra óptica en los postes eléctricos de baja tensión.
Este plan tiene metas con ambiciosos alcances: por ejemplo, cubrir en forma progresiva a 111 Pueblos Mágicos para el 24 de enero 2022; ofrecer en esa misma fecha servicios al 85% de la población y tener un alcance de 92.2% de los habitantes a más tardar el 24 de enero de 2024. De acuerdo con la empresa concesionaria, actualmente tiene una cobertura del 70% de la población. Pese a esto, Altan Redes dio a conocer recientemente que recurrió a la figura del concurso mercantil para mejorar su situación financiera.
Sin embargo, es necesario considerar que el concepto de garantizar el acceso generalizado a las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) es tan amplio que no sólo debe garantizarse la infraestructura y el acceso a internet de calidad por un bajo costo, sino brindar los recursos educativos y la formación necesaria para hacer uso eficiente de las herramientas en línea y con la responsabilidad necesaria para acceder a los beneficios que ofrece pero sin ponerse en riesgo.
De esta manera, la formación en el uso de las TIC, es otro reto dada la suspensión de clases presenciales, sobre todo en escenarios donde las aulas escolares eran la única opción para algunos estudiantes de acceder a dispositivos electrónicos con conexión a internet y el lugar donde podían recibir educación en ese ámbito. En esos casos, que según estadísticas se trata de 55.8% de loshogares mexicanos, la educación virtual es impensable. Contar con una infraestructura capaz de lograr conectividad para toda la población, es sólo una parte de lo que debe ser una estrategia integral, con el respaldo de políticas públicas para la formación de personas de todas las edades, de manera que a la par se logre una inclusión social real que permita a todos los sectores de la población sumarse sin problemas a la economía digital, la educación en línea y cualquier tipo de actividades cotidianas que ya están ahí, pero que aún no son accesibles para todos.