La educación fue de los primeros sectores que tuvieron que actuar de forma emergente ante las necesidades surgidas para enfrentar las medidas de distanciamiento social durante la pandemia de Covid-19. Uno de los principales retos tanto para autoridades como ciudadanos fue el acceso a internet y el uso de dispositivos conectados como computadoras y teléfonos móviles, así como las habilidades relacionadas con el manejo de tecnologías.
Datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) revelan que el cierre masivo de las escuelas por la pandemia afectó a cerca de 1,200 millones de niños en edad escolar en todo el mundo, situación que además dejó al descubierto las desigualdades para el acceso a las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), que podrían agravar la crisis mundial del aprendizaje, ya que más de la mitad de los países están utilizando los mensajes de texto, el celular o las redes sociales para la comunicación entre alumnos y docentes.
En ese sentido, la anteriormente citada agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) señala que los principales retos ante esta realidad tienen que ver con el acceso limitado de los niños, niñas y adolescentes más vulnerables a plataformas educativas digitales; limitados conocimientos y capacidades de los docentes sobre plataformas virtuales y recursos de educación a distancia; así como la brecha de equidad tecnológica entre las ciudades y las áreas rurales de los países.
Por otro lado, datos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos, (OCDE) revelan que las plataformas en línea fueron las herramientas más populares utilizadas durante el cierre de las escuelas, desde contenido educativo para la exploración libre de los estudiantes, hasta programas de aprendizaje formalizados y clases con docentes en tiempo real mediante el uso de reuniones virtuales.
En México, el programa de Aprende en Casa hizo uso no sólo de la televisión, sino también de una plataforma en línea, el correo electrónico y la mensajería instantánea. En algunos casos, incluso, de Google Classroom y la plataforma Zoom. La Universidad Nacional Autónoma de México, por su parte, puso a disposición de sus profesores y alumnos el servicio de ¨Tu aula virtual¨, para impartir sus clases mediante la plataforma educativa moodle.
Lo cierto es que cada país echó mano de las herramientas con las que contaba según su avance en penetración de las tecnologías, en Latinoamérica, el ejemplo más sobresaliente es el de Uruguay, reconocido incluso por el Banco Mundial como uno de los países que ya tenía camino andado en torno a garantizar la conectividad y el acceso a herramientas digitales para la comunidad educativa, mediante el ¨Plan Ceibal¨, una iniciativa previa a la pandemia donde el gobierno facilitó computadoras portátiles a los alumnos de escuelas públicas. Además de la plataforma CREA, un tipo de red social donde cada docente puede subir materiales, enviar y calificar tareas y mantener constante comunicación con sus estudiantes.
Por su parte, el gobierno colombiano mediante su plataforma Aprender Digital, puso a disposición de sus alumnos más de 80 mil recursos educativos digitales, organizados por grados, que incluyen desde videos, hasta aplicaciones y juegos; mientras que Chile implementó la plataforma Aprendo en Línea con recursos digitales para el autoaprendizaje en casa y en familia, así como Aptus, orientado a los centros educativos y que incluye desde software educativo hasta capacitaciones para docentes y evaluaciones para los alumnos. Herramientas que incluso el ministerio de educación puso a disposición de otras naciones latinoamericanas.
A finales de 2020 la Comisión Europea lanzó un plan de Acción de Educación Digital, luego que determinó que la crisis educativa vivida por la pandemia puso en evidencia la necesidad de mejorar las competencias digitales de alumnado y el profesorado europeo, así como los recursos y las infraestructuras tecnológicas de los centros educativos y de formación. Según datos de la OCDE, sólo el 38% de docentes de la Unión Europea se ha sentido bien o muy bien preparado para utilizar las TIC en su trabajo diario.
A decir de la OCDE, las oportunidades que la tecnología digital ofrece van mucho más allá de soluciones de emergencia, ya que puede facilitar nuevas posibilidades de aprendizaje mediante el acceso a materiales especializados en múltiples formatos, capaces de generar experiencias más fructíferas en la medida que podrían ajustarse a métodos de enseñanza más eficaces a las nuevas generaciones, con la posibilidad también de medir los resultados de aprovechamiento y desempeño docente.
La realidad vivida durante la crisis por Covid-19 y la respuesta de las naciones para enfrentar los desafíos de la educación a distancia, nos han permitido observar y hacernos conscientes de los retos que se tienen a nivel gobierno para la construcción de sociedades donde el acceso a internet sea parte de la igualdad que se busca en el desarrollo del país, en la medida que las TIC, y la gama de posibilidades que ofrece en torno al aprendizaje, sean una herramienta que facilite el acceso universal a la educación.